La
búsqueda del mejor precio sigue siendo una actitud
que no envejece para el grueso de los porteños. Y esto
queda muy en evidencia a la hora de comprar ropa.
Heredero
de esta tendencia, el fenómeno de los outlet sigue
ganando altura y se consolida a través de una oferta
que suma más 500 locales en la ciudad, concentrados
por lo general en viejos galpones o casas reformadas de
barrios como Palermo, Barracas, Villa Crespo y Núñez.
En
todos los casos, la posibilidad de dar con prendas de calidad
a precios hasta un 50 % más bajos aparece como el
gancho que más seduce a clientes que gozan de paciencia
para navegar en la marea de ropa.
Todos
los puntos de venta que adhieren a esta modalidad concentran
sus ofertas en indumentaria que se comercializa a precios
bajos por tratarse de productos fuera de temporada, discontinuados,
sin variedad de talles o que presentan pequeñas fallas
de confección.
Marcas
de las más reconocidas vienen apostando fuerte a
un formato comercial que les asegura una salida económica
a importantes remanentes de mercadería y también
la llegada a distintos tipos de cliente.
De
ahí el desembarco de estas etiquetas en complejos
como Central Park, una manzana de Barracas delimitada por
las calles Herrera, Iriarte, Vieytes y California. O las
62 marcas de indumentaria, marroquinería y calzado
que venden bajo la modalidad de outlet principalmente en
las calles Aguirre y Loyola, en el límite de Villa
Crespo con Palermo.
En
este último caso, Rapsodia, Ona Sáez, Cacharel,
Caro Cuore, Hush Puppies, Puma, Wanama y Lacoste aparecen
como los nombres de mayor peso que apelan a locales propios
para vender productos a precios más bajos.
Ya
en Núñez, los outlet se concentran mayormente
entre el 3800 y el 4500 de la avenida Cabildo, y funcionan
como otra alternativa de venta para marcas como Kevingston,
Cardón, Muaá!, Salomon y Wilson, 47 Street
y Old Bridge, entre otras.
El
fenómeno de los outlet no es casual en algunos casos
incluso se busca provocar un mínimo defecto o simplemente
venderlos fuera de temporada para poder segmentar precios,
estos comercios son centros que apuntan a clientes de nivel
socioeconómico medio, interesado en vestir marcas
reconocidas y no gastar mucho.
Para
entender las ventajas que tienen los clientes digamos que
por ejemplo en Barracas se consiguen jeans para mujeres
en locales de Levi's desde $ 60,00.- , mientras que en los
outlet de Lacoste se encuentran ofertas de pantalones cuyo
precio es menor a $ 200,00.- o chombas a muy buen precio.
En San Telmo, donde también crecen las casas de outlet
pero con mucha menos oferta que la zona precitada, hay locales
como Sanvarvas que tiene una mesa de ropa hasta con un 70%
más barata que las prendas originales, encontrándose
por ejemplo sacos de primera selección por $ 150,00.-.
La
visión de los clientes respecto de las bondades de
comprar en un outlet es diversa encontramos muchos realmente
satisfechos con el formato y también los hay de los
otros que descreen de las ofertas y que opinan que son ganchos
para atraer incautos. La experiencia le indica a los visitantes
que los mejores precios se obtienen sobre el final de temporada.
Por
el crecimiento de esta modalidad de venta es evidente que
el negocio da ganancias, pese al aumento de los alquileres
de los locales registrado en los últimos meses. Un
local de alrededor de 100 m2 facturará en un mes
aproximadamente $ 300.000.-, Según afirman los propietarios
de los outlet, ellos sin ser locales tradicionales, no tienen
que envidiarle a estos pues su renta es muy similar.
En
el outlet de Levi's en Barracas el público desborda
las instalaciones por la llegada de muchos contingentes
de turistas – especialmente brasileños- que
se acercan a comprar a través de tours guiados y
también individualmente.
Dada
las ventajas reseñadas parece que habrá que
ir como otras miles de personas diariamente a aprovechar
las ofertas que ofrecen los outlet porteños.
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La subsecretaría de Cultura informa que a partir
del 30 de enero comienza la inscripción para los
talleres de baile de tango a cargo de los profesores de
la Escuela de Tango de Mora Godoy. Las clases iniciarán
el martes 14 de febrero y se dictarán en distintas
sedes del Circuito de Espacios Culturales. Los talleres
contarán con 2 horarios disponibles, un turno mañana
con clases a las 11,00 hs. y un turno tarde a las 18,00
hs.
La
inscripción gratuita a los talleres comienza el lunes
30 de enero a las 11 hs. en las cuatro sedes del Circuito
de Espacios Culturales donde se llevarán a cabo las
clases.
Por
tercer año consecutivo el Ministerio de Cultura de
la Ciudad de Buenos Aires pone en marcha “Vocaciones
de Verano” edición 2012, un programa que ofrece
clases gratuitas sobre nuestro maravilloso baile. Los talleres
estarán a cargo del cuerpo de profesores de la Escuela
de Tango de Mora Godoy. El dictado de estos cursos ya se
perfila como un clásico de la agenda porteña
en verano, que en 2011 supo integrar a más de 1.500
vecinos y vecinas que participaron de estas clases.
Única,
exclusiva y abierta a todo aquel que tenga ganas de abrazarse
con el tango; en el campo de la docencia la Escuela Mora
Godoy Tango está considerada como uno de los centros
superiores de formación; abrió sus puertas
en 1998, siendo la primera escuela de tango integral, introduciendo
al tango nuevos conceptos, estilos y movimientos que distinguen
a sus alumnos y son su marca registrada. La Escuela de Tango
Mora Godoy es la escuela elegida por alumnos de todas las
edades, para dar los primeros pasos o perfeccionarse en
nuestra danza nacional.
CRONOGRAMA
DE CLASES:
En
las 4 sedes donde se dictarán las clases se ofrece
doble turno: Turno mañana: 11 hs. y Turno tarde:
18 hs.
MARTES:
Espacio
Cultural Marcó del Pont:
Artigas
202, Flores. Informes al 4611-2650 o 4612-2412.
MIÉRCOLES:
Espacio
Cultural del Sur:
Av.
Caseros 1750, Barracas. Informes al 4306-0301 o 4305-6653.
JUEVES:
Espacio
Cultural Adán Buenosayres:
Av.
Asamblea 1200 o Av. Eva Perón 1400, Parque Chacabuco
(bajo autopista). Informes al 4923-5876 o 4923-5669.
VIERNES:
Espacio
Cultural Resurgimiento:
Artigas
2262, La Paternal. Informes al 4585-4960.
Consultas
sobre los talleres y su dictado a comunicaciondgpcul@hotmail.com
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Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de
Buenos Aires (AGCBA) alertó que la desatención
en cuestiones de conservación “está
atentando” contra el hábitat de la Reserva
Ecológica Costanera Sur. Además, agregó
que desde hace 5 años el gobierno porteño
“decidió considerarla como un gran parque sin
comprender su entidad, función y relevancia”.
Entre los “aspectos críticos” verificados
por la Auditoría porteña se destaca el de
la Laguna de los Coipos, que es un “ambiente artificialmente
generado”, y que al momento del relevamiento, “se
encontraba con niveles muy bajos de agua en el 90% de la
superficie”, por lo que se consideraba “seca”.
Para el organismo de control, “la decisión
de no aplicar medidas preventivas de conservación
de los humedales permite evaluar como deficiente la gestión
en el manejo de los mismos”.
En
su informe, aprobado este año, la AGCBA explicó
que una reserva es “aquella área protegida
por su inconmensurable importancia”, ya sea por “el
mantenimiento y desarrollo de la flora y la fauna”
o por las “características geológicas”.
Puntualmente, la Reserva Ecológica Costanera Sur
(RECS) es uno de los 19 humedales de la Argentina con valor
internacional y “tenía como objetivo la conservación
de la flora y la fauna existente, la educación, la
recreación y la investigación científica
de la totalidad del área del ecosistema”. Desde
2007, el espacio depende de la Dirección General
de Espacios Verdes (DGEV) del Gobierno de la Ciudad.
“No
consta que se hayan efectuado monitoreos de aire y de ruido
dentro de los límites de la RECS y en los terrenos
adyacentes; conforme a las normas ambientales vigentes para
la preservación”, señaló el informe
de la AGCBA.
De
hecho, dentro de la Reserva hay un depósito de automóviles
que pertenece a la Policía Federal y que, “por
el estado de abandono de los vehículos, pone en riesgo
de contaminación el aire, el suelo y el agua subterránea”.
Además, los auditores observaron que “la acumulación
de lluvias en las cavidades de los automóviles favorece
la reproducción de mosquitos”, entre los que
se destaca el Aedes Aegypti, “transmisor del dengue
y la fiebre amarilla”.
Es
importante aclarar que, si bien el depósito mencionado
“es preexistente a la Reserva”, la Coordinación
del humedal indicó que “no existe ningún
convenio con la Policía Federal para reubicarlo”.
Además,
la Coordinación de la RECS dijo que el helipuerto
que está “a 300 metros” del humedal,
y que también está con anterioridad, “va
en contra de todas las normas medioambientales”. Asimismo,
aseguraron que “el territorio que ocupa la Reserva
Ecológica Costanera Sur es sobrevolada por helicópteros
a baja altura” y que ya se hicieron “diversas
denuncias y presentaciones sin resultados”.
A
pesar de ello, el organismo de control señaló
que “la Agencia de Protección Ambiental extendió
el certificado de aptitud ambiental del helipuerto sin tomar
en cuenta los daños denunciados por los sectores
ambientalistas, vecinos de Puerto Madero y los usuarios
del predio, como tampoco lo recomendado por la Defensoría
del Pueblo”, que en 2007 señaló que
la Reserva era una zona “restringida para el vuelo
de aeronaves”.
Otras
falencias
Los
auditores porteños observaron que en la Reserva Ecológica
“falta un plan de mantenimiento de equipos, maquinarias
y vehículos” y que “no existe cartelería
del tipo informativa, normativa, interpretativa y de seguridad;
pauta básica para el cumplimiento de los objetivos
educativos y de difusión de la RECS”. Además
detectaron que “las instalaciones para la prevención
contra incendios no se adecuaron a las exigencias y recomendaciones
efectuadas por la Superintendencia General de Bomberos de
la Policía Federal Argentina”.
Visitas educativas
El
informe de la AGCBA, que analizó el período
2009, indicó que “la educación supone
uno de los principales objetivos de cualquier reserva natural”,
sin embargo, los auditores manifestaron que en la RECS “la
oferta de actividades educativas es ineficiente”,
ya que los alumnos que concurren sólo “representan
el 1,2% de las matrículas de estudiantes del distrito”.
Además, remarcó “la insuficiencia de
las acciones de promoción, publicidad y relaciones
institucionales destinadas a captar este público”
y descartó “la falta de respuesta por parte
de las escuelas”. A ello se suma que “no se
organizan actividades para el sector de educación
especial, ni se promueven charlas o conferencias”.
Los
auditores reflejaron que “en materia de investigación,
la cosa no anda mucho mejor”, ya que la Reserva no
tiene un cuerpo de investigadores en la planta personal”
y “se carece de un plan de investigaciones científicas,
así también, de convenios firmados con instituciones
académicas que complementen y ayuden a los proyectos
propios de la reserva”.
Consejo de Gestión y Plan de Manejo
La
AGCBA descubrió que “al momento de la auditoría,
el Consejo de Gestión no estaba constituido”.
En 2001, a través de la Ley 560, se modificó
la composición del Consejo que, a partir de allí,
debía estar “integrado por tres organizaciones
no gubernamentales y por un representante del Consejo Departamental
de Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos
Aires”. Al respecto, la Coordinadora de la Reserva
afirmó que “las organizaciones no gubernamentales
no se ponían de acuerdo en su participación”
y que, por su parte, “el Gobierno de la Ciudad no
había reglamentado la ley 560”.
Sus
funciones, después de la Ley 560, son las de “asistir
al coordinador de la reserva en el manejo y gestión
de la misma y participar en la revisión y modificación
del plan de manejo”, entre otras. En cuanto al Plan
de Manejo, el equipo de auditores señaló que
“es obsoleto y desactualizado respecto a la evolución
del espacio en el marco temporal”. De hecho, fue aprobado
en 1986 y, “según las recomendaciones internacionales,
debía renovarse cada ocho años”. Su
objetivo consiste en “pautar actividades, gestión
y uso del área de la RECS, y determinar los programas
a implementarse tendientes al cumplimiento de la finalidad
para la cual ha sido creada la Reserva”.
Conclusión
de la AGCBA
Por
todo lo antedicho, y teniendo en cuenta que entre los objetivos
de la creación de la reserva se encontraban la “conservación
de la flora y la fauna existente, la educación, la
recreación y la investigación científica
de la totalidad del área del ecosistema”, la
Auditoría porteña expresó “la
necesidad de clarificar los objetivos de creación
de la Reserva Ecológica Costanera Sur”, agregando
que “desde 2006 el Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires decidió considerarla como un gran parque sin
comprender su entidad, función y relevancia”.
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