El
incendio en un depósito bancario en el barrio de Barracas
en la capital argentina se desató en la mañana de
ayer pero aún no pudo ser extinguido. Nueve bomberos y
rescatistas murieron mientras trabajaban en el lugar luego de
que una pared se derrumbara sobre ellos. Hay siete heridos graves.
El
cuerpo de bomberos argentino continúa trabajando en el
lugar para extinguir el incendio, mientras los fallecidos fueron
velados en distintos puntos de Buenos Aires.
Las nueve vidas que cobró el incendio.
Anahí Garnica siguió los pasos y la vocación
de su padre y se convirtió en l a primera mujer bombero
de en la historia de la Policía Federal de Buenos Aires.
Tenía 29 años y estaba casada con un bombero que
también integra las filas de la fuerza federal de seguridad.
Tenía el grado de subinspector.
"Me
gusta salir a los incendios, ayudar a la gente, salvar sus vidas,
sus objetos y sus mascotas", había dicho Garnica en
marzo del año pasado, en una entrevista que le hizo el
diario argentino Página 12.
Había
egresado de la escuela secundaria con el título de Maestra
Mayor de Obras y se había inscripto en la Universidad Tecnológica
Nacional (UTN) para estudiar Ingeniería Civil, pero en
2003, la Policía Federal abrió las puertas a las
mujeres a modo de prueba para la Superintendencia Federal de Bomberos.
"No
estaban seguros de que hubiera mujeres, pero querían probar",
explicó Garnica en la entrevista. En algún incendio
en la Reserva Ecológica de la Costanera Sur se cruzó
con su esposo, que prestaba servicios en el cuartel de La Boca.
En 2006, la destinaron al Cuartel I. Fue la primera bombero en
un cuartel de la Policía Federal. "No había
ni habitación ni baño para el personal femenino.
Me designaron a la «habitación de alarma»",
dijo la joven.
Pocas
horas después de la tragedia, el padre de Anahí,
Raúl Garnica, afirmó a LA NACION: "Mi hija
era una apasionada y siempre fue muy profesional. Ésta
es una pérdida muy dolorosa".
Emocionado,
agregó: "Anahí era una hija extraordinaria.
Como padre sólo puedo desear que haya sido muy feliz mientras
estuvo con nosotros".
"Lo
que sucedió no se puede arreglar. La nuestra es una profesión
muy difícil. Yo tuve suerte de no caer durante mi carrera",
contó el hombre que tiene a otro de sus cinco hijos como
cadete en la escuela de policía.
"De
lo que sucedió, sólo sé lo que tengo que
saber. Hoy sólo puedo contener a mi familia", sostuvo
Garnica en el diálogo con el diario argentino La Nación.
Según
el CV que difundió el Ministerio de Seguridad, la subinspectora
Garnica había hecho un curso de "un plan de acción
coordinada ante situaciones de emergencia" y tenía
conocimientos básicos de explosivos. Además estudiaba
Arquitectura.
Eduardo
Conesa, también repartía su tiempo como voluntario
en Lanús. Era cabo primero de la Policía Federal.
Tenía 47 años, estaba casado y era padre de tres
hijos varones. Vivía en Lanús.
Prestaba
servicio en el Cuartel I de la Superintendencia de Bomberos de
la Policía Federal, con el rango de cabo primero. Pero
cuando terminaba su servicio en la fuerza hasta en su tiempo libre
no abandonaba su vocación y su tarea de bombero: integraba
el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Lanús Oeste, donde
dos de sus hijos ya colaboraban. Uno de ellos, ayer, cuando se
conoció lo que ocurría en el depósito de
Barracas, escribió en perfil de la red social Facebook:
"Pa necesito verte, saber si estás bien y abrazarte
! Me siento triste".
"Tenía
18 años de experiencia como bombero y en sus ratos libres
era voluntario", sostuvo en declaraciones al canal TN Juan
Scarpello, compañero de Conesa.
Y
agregó: "Sabemos que cuando uno sale a una emergencia
corre riesgo, pero nadie está preparado para esto".
Scarpello
fue quien contó que dos de los hijos de Consesa ya eran
bomberos voluntarios. "Es poco probable que un hijo de bombero
no sea bombero", afirmó Scarpello.
Conesa
era fanático de Racing Club. Cuando en su perfil de Facebook
subió una foto vestido de bombero con un casco rojo, un
amigo comentó con humor: "Te pusiste el gorro de Independiente".
Fue
el organizador, el año pasado, de un show para recaudar
fondos para el cuartel de bomberos voluntarios de Lanús,
donde participó el cantante Gustavo Cordera.
Ayer,
en Facebook, mucha gente le escribió emotivos mensajes
de despedida. "Querido colega, que descanses en paz, es muy
lamentable tu partida, dejo mi más sincero pésame
a tu seres queridos", sostuvo en la red social Rubén
Vairetta.
Walter
Vilotta expresó: "Perdimos un gran compañero.
No lo puedo creer. Siento mucho dolor y angustia. Todas mis condolencias
a sus hijos, su señora y sus familiares".
Como
homenaje, ayer muchos amigos pusieron su foto como imagen en sus
perfiles de Facebook.
Conesa
había ingresado en la Policía Federal el 15 de noviembre
de 1999.
Leonardo
Day, el jefe que será recordado por ocuparse de todos sus
subordinados. Tenía 55 años. Llevaba 34 años
y siete meses en la Policía Federal y falleció en
cumplimiento del deber con el rango de comisario inspector. Desde
el 5 de enero del año pasado era el jefe del Departamento
Zona I de la Superintendencia Federal de Bomberos de la fuerza.
"Era
un héroe que se preocupaba por absolutamente todos",
dijo ayer al canal de noticias C5N la agente Mariana Fernández,
que trabajó con él. La mujer policía agregó
que no era común que un jefe ingrese "en el seno"
de un incendio a trabajar a la par de los bomberos.
Según
el curriculum vitae difundido por las máximas autoridades
de la Policía Federal, Day recibió varias distinciones
y premios, como el "diploma al mérito por su destacada
actividad profesional" en 2007 y en 2012 y seis beneplácitos
por su labor profesional.
Además,
según fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación,
"recibió recomendaciones para todos los ascensos por
parte de sus superiores por su desempeño".
En
marzo de 1982, cuando aún estaba en la escuela de oficiales
fue "designado Sargento cadete Ad Honorem por su buen comportamiento
y calificaciones",
La
única mancha en su carrera policial llegó con la
tragedia de Once, el 22 de enero de 2012. El juez federal Ariel
Lijo lo procesó por el delito de violación de deberes
de funcionario público en la causa que se investigó
la labor de la Policía Federal en la búsqueda de
Lucas Menghini Rey, la última victima que fue hallada entre
los restos de hierro de la formación siniestrada.
Según
el expediente judicial, a Day se lo acusó de "habiendo
tomado parte del operativo de asistencia y rescate de las víctimas
del accidente ferroviario, no haber cumplido adecuadamente su
función toda vez que el cuerpo sin vida de Lucas Menghini
Rey fue hallada dentro del tren de mención el día
24 de febrero a las 18.20 horas (aproximadamente cincuenta y ocho
horas después del impacto), ubicado en la cabina auxiliar
del conductor situada en el cuarto vagón de la formación
(N° 2108), lugar donde el nombrado se ubicó al ascender
en la estación San Antonio de Padua, habiendo dado por
culminada la labor de rescate de víctimas el día
22 de febrero a las 18.00 horas".
Damián
Veliz, cerca de cumplir el sueño de irse a vivir a La Falda.
Tenía 33 años. Era padre de Merlina, de nueve. Vivía
en Avellaneda y era un fanático hincha de Arsenal de Sarandí.
Hace cinco años se había comprado un terreno en
La Falda, en Córdoba, donde hace sólo dos meses
había comenzado construir una casa de barro. Su sueño
era irse para estar cerca de su hermano. Era cabo primero de la
Policía Federal, fuerza federal donde se desempeñaba
su padre.
José
Méndez, un hombre enamorado de su vocación Tenía
30 años. Estaba separado y era padre de una niña.
Vivía en Villa Dominico y en agosto del año pasado
había ingresado a trabajar en Defensa Civil del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires. Sus compañeros de trabajo
sostuvieron que era un enamorado de su vocación. En la
red social Facebook había subido una foto con su madre
y luego escribió un emotivo mensaje: "Sos el ángel
que me cuida desde arriba".
Maxi
Martínez, un gran compañero en Florencio Varela.
Tenía 33 años y trabajaba para el Cuartel I de Bomberos
de la Policía Federal en Florencio Varela. Había
empezado su carrera como bombero en 2007. "Qué lindo
fue conocerte, haber tenido el honor de ser tu compañero,
de tantos momentos vividos, de reír, de llorar, de crecer
juntos, compartiendo esta pasión, este estilo de vida.
Estarás en cada recuerdo, en nuestro corazón y en
esa sirena que se escuche", escribieron en Facebook sus compañeros.
Pedro
Barícola, un fanático de la pesca y "el alma
de la guardia". Tenía 37 años. Estaba en pareja
desde hace 14 años con Mariana. Era padre de Julieta, de
cuatro. Trabajaba en Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires. Vivía en Tortuguitas, era fanático
de Boca Juniors y de la pesca. Sus compañeros y amigos
lo recuerdan por sus graciosos chistes. "Era el alma de la
guardia", recordaron a LA NACION sus compañeros de
trabajo. Con su hija rescataba perros de la calle.
Sebastián
Campos, un apasionado de los "fierros". Tenía
32 años y era padre de una niña de un año
y medio llamada Sofía. Era mecánico y bombero voluntario
en el Cuartel Vuelta de Rocha. Era chofer motorista. Sus compañeros,
aún conmovidos por lo que había pasado, lo recordaron
como un "fanático de los fierros". Su padre,
"Cacho", y su hermano, Lucas, también son bomberos
voluntarios. "Pasó casi toda su vida dentro del cuartel
y coordinó equipos de trabajo", dijo su compañero
Alan Aramayo.
Juan
Matías Monticelli, chef y amante de Ozzy Osbourne. Tenía
26 años. Hace tres años había ingresado en
la Escuela de Suboficiales y Agentes Enrique O'Gorman de la Policía
Federal. Prestaba servicios en el Cuartel I desde julio de 2012.
Estaba de novio y vivía en Parque de los Patricios. Lo
llamaban por el apodo de "Monty". Le gustaba cocinar
panqueques y escuchar las canciones de Ozzy Osbourne. Según
su perfil de la red social Facebook esperaba con ansiedad el estreno
de la película Tonto y Retonto 2.
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