El Presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires para el 2011 es la puesta en marcha de la lógica neoliberal que impusieron en la Argentina los grupos del poder económico y que hizo eclosión con la crisis económica, social y política de diciembre del 2001: más impuestos que pagan y soportan los ciudadanos, más deuda pública, ineficacia en el manejo de los recursos públicos, descapitalización y menos inversión social para los sectores más desprotegidos y vulnerables.
Por quinta vez desde que asumió como Jefe de Gobierno, Macri insiste con un aumento de impuestos; esta vez de Alumbrado Barrido y Limpieza, con la excusa que ha “perdido participación en el total de recursos de la ciudad”; la ha perdido porque antes se han dedicado a aumentar los Impuestos de Sellos, de Ingresos Brutos (un impuesto regresivo y que daña la capacidad del poder adquisitivo del salario), Patentes y previamente en el acuerdo de transición en el 2007 hubo una polémica suba de ABL; también Macri se olvida de decir que los recursos recibidos en concepto de Coparticipación Nacional hoy representan la segunda fuente de ingresos de la ciudad, y que además, en un hecho de poca trascendencia mediática pero con impacto negativo, este fue el gobierno que más recursos obtiene por la venta de terrenos y activos.
Nuestra propuesta es que hay que terminar con los “parches” y las “discusiones parciales” y avanzar a una reforma integral de la matriz tributaria de la Ciudad, que de cuenta del valor comercial de las propiedades, pero también de las necesarias inversiones de infraestructura que la ciudad debe realizar y mejoran el valor de venta de los inmuebles; también hay que evaluar disminuir la tasa de ingresos brutos para actividades industriales, alimentos de la canasta básica y de promoción de exportaciones, para fomentar el desarrollo económico e industrial de la ciudad, y no cargar con más impuestos administrativos e indirectos que son de fácil recaudación pero regresivos.
También vemos como crecen las obligaciones de deuda en el gobierno de Macri; tal vez sea necesario el acceso al crédito para ciertas obras de infraestructura de envergadura, pero no se explica la desidia y la inoperancia en la utilización de los fondos obtenidos por colocación de Bonos:
Desidia, porque especularon con que el país no podía completar la operación el canje de deuda y apresuraron la colocación del Bono Tango, a una tasa de 12,5% de interés (la más cara conseguida por una provincia) y pagaron comisiones también muy caras (2%).
Inoperancia, porque más del 70% de los fondos tuvieron que ser “reinvertidos” por el GCBA en plazos fijos (a una tasa que no superaba el 7%) y en LEBACS (Letras del Banco Central de la República Argentina, se ve que Macri tiene un doble discurso para todo, porque confió en la economía del país para esta inversión) con un perjuicio económico que terminan pagando los vecinos con más impuestos.
Las obras prometidas con este dinero, por ejemplo la extensión de la red de subtes, que espera que alguien se digne a despertarlas de la larga siesta macrista, y muy en el olvido quedaron los 10 km de subtes por año de la campaña electoral.
Por eso para el 2011 los pagos de deuda de la ciudad se incrementan notablemente, y empieza a ser tema de estudio los compromisos de la Ciudad con sus acreedores, porque van quedando obligaciones para los años que tal vez el macrismo no sea gobierno. Otra herencia de las políticas neoliberales, las consecuencias no la asumen los funcionarios públicos actuales, sino el pueblo en el futuro.
Tampoco respaldamos la descapitalización del Banco Ciudad en una cifra superior a los
$ 370 millones, creemos que en todo caso hay que reformular la Carta Orgánica del Banco Ciudad y discutir el destino de las utilidades que genera el mismo (al 30 de setiembre de este año $ 600 millones).
Pero lo peor está en las obras de infraestructura social; las protestas de las comunidades educativas, de salud y las familias postergadas en el derecho de contar con una vivienda digna en la ciudad, son constantes.
Más de 165 escuelas tienen problemas de gas y calefacción, problema que se viene arrastrando por la inoperancia macrista desde el 2007, con un Ministerio de Educación más preocupado por Ciro James que por mejorar la educación pública de la Ciudad, más preocupado en ejecutar al pie de la letra el gasto de la educación privada y postergar la ejecución del gasto de la educación pública. El 68% de las obras de infraestructura escolar se hacen a cambio de deuda pública o de venta de activos, pero los más de $ 300 millones para tapar baches, arreglar veredas, hacer mal las ciclovías y poner pasto en las plazas, se hacen con los recursos obtenidos de impuestos.
Lo mismo sucede con la salud pública; se ejecutó, al 30 de setiembre de este año, sólo el 1% del presupuesto del Programa de Educación Sexual, una total desidia, incumpliendo la Ley aprobada por la Legislatura.
Se están pagando sobreprecios en la compra de medicamentos de montos superiores al 100% y no hay respuestas claras por parte del ejecutivo; todos los bloques acordamos en la Legislatura, volver a insistir con la elaboración de Medicamentos por parte del GCBA, esperemos que Macri no vuelva a vetar la ley porque está perjudicando a los vecinos; ni que hablar del Hospital de Lugano, ni de la inversión raquítica en los Centros de Salud y Acción Comunitaria (para el 2011 prevé una inversión $ 10 millones), indispensables para políticas de prevención de salud.
Menos pueden explicar el abandono de los más humildes respecto a la política de vivienda, y la falta de fondos para la construcción de viviendas sociales; en una ciudad donde el descontrol reina en materia de construcciones, hay más de 300 mil personas con problemas de vivienda. Es inentendible, y no han querido solucionar estos inconvenientes en tres años de gobierno. Los fondos para las cooperativas de vivienda para la autoconstrucción no se envían incumpliendo la Ley 341.
En general, hay una sub-ejecución presupuestaria notable (superior al 50%) en lo que respecta a construcción de nuevas escuelas, mantenimiento y remodelación de las mismas, como así también en los hospitales públicos, centros de salud y viviendas sociales; el aumento del presupuesto en Construcciones y obras en estos rubros sólo se justifica por dos motivos: van a gastar y hacer lo que no hicieron en tres años y dejaron todo para hacer en el año electoral, otro vicio de la mala política.
El presupuesto debe ser reformulado, para atender los innumerables reclamos que diversas organizaciones sociales, vecinas y vecinos todos los días nos acercan; es inaudito que una ciudad que aumentó su producto bruto geográfico un 40% durante el gobierno de Macri, y duplicó sus recursos de recaudación propia, tenga esta gran deuda social con la gente que desea una Buenos Aires para todos y todas.