ESCÁNDALO
POR CENSURA K EN LOMAS DE ZAMORA. 14/06/2013
En
un colegio local, alumnos que querían exponer críticas
fueron “encerrados” durante un acto de entrega de
netbooks en el que estuvieron presentes el titular de la Anses
y el Intendente
Un
nuevo caso de censura de parte del kirchnerismo tuvo lugar el
último martes en el municipio de Lomas de Zamora, cuando
un grupo de estudiantes del Escuela Normal Superior Antonio Mentruyt
(Ceensam) de Banfield manifestaron que fueron “censurados”
y “encerrados” en el marco de la visita del titular
de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses),
Diego Bossio, y del intendente local, Martín Insaurralde,
para encabezar un acto de entrega de netbooks.
Los
estudiantes -que en el evento pretendían elevar sus críticas
por el estado edilicio y los problemas a partir de la implementación
del plan Conectar Igualdad-, explicaron en un comunicado que treinta
alumnos fueron apartados por el personal de la Anses hasta el
Salón de Profesores con la excusa de que “las demandas
serían escuchadas solamente en ese sitio para evitar hacerlo
públicamente ante el jefe comunal”.
“Nosotros
lo consideramos como un acto de censura, nos sentimos humillados
y muchos chicos terminaron angustiados. A mí, por ejemplo,
me dijeron ‘te ganaste la sentencia a muerte’, a un
compañero ‘se te va a pudrir todo’ y demás
agravios que tocaron demasiado a mucha gente”, señaló
en diálogo exclusivo con Hoy Agustina Ossona, la presidenta
del centro de estudiantes del colegio. Y agregó: “no
sólo fue un acto de censura, fue un acto de humillación
y degradación a los alumnos. No se le dio lugar al centro
de estudiantes, que además no se caracteriza por ser muy
combativo, porque trabajamos siempre con los directivos, con la
cooperadora, hemos logrado muchísimas cosas”.
Ossona
pidió además “que esto no quede impune por
más que no podamos recurrir a la Justicia. Queremos que
se sepa, ya que en muchas personas esto hace que cambie su mentalidad,
que sepan lo que está pasando y que hubo una censura explícita
a estudiantes que sólo querían dar una opinión.
Creo que a mucha gente le va a servir para que sepan cuál
es la realidad por la que está pasando nuestro país”.
“Las
computadoras son casi inutilizables en las aulas”
En
diálogo con nuestro diario, Agustina Ossona dejó
en evidencia los problemas que se registraron a partir de la puesta
en marcha del plan Conectar Igualdad al asegurar que “los
alumnos tienen muchísimas quejas porque las computadoras
son casi inutilizables en las aulas. En primer lugar, porque la
mitad de la escuela tiene las computadoras y la otra mitad no.
Y en segundo lugar, porque no anda el servidor que provee de red
intranet e internet. Pero también porque los profesores
no tienen la instrucción necesaria para poder dar las clases
con las computadoras”.
“Queríamos
hacer una exposición crítica en aquél acto,
porque los actos de entrega de computadoras siempre se caracterizan
por tener un discurso único donde sólo se ve lo
positivo de este plan. Nosotros queríamos hacerles ver
a los funcionarios las deficiencias que tiene, ya que por otras
vías, por otros ámbitos, no nos escuchaban y no
nos daban respuestas concretas”, concluyó la presidenta
del centro de estudiantes.
Fuente:
Diario Hoy
Horacio
Rodríguez Larreta - CURSO DE EDUCACIÓN VIAL - 14/06/2013
¿Cómo
logramos que seamos más responsables a la hora de manejar?
Cuando renueves tu licencia, vas a tener que rendir un curso obligatorio
sobre seguridad vial.
Me acuerdo
que hace algunos años atrás que tenía que
ir personalmente hasta Parque Roca y dedicarle varias horas durante
algunos días para ir haciendo los primeros pasos del trámite
y el examen.
Ahora vos
lo podes hacer sin moverte de tu casa, ya que no es necesario
rendirlo en nuestras oficinas. Te muestro un resumen del mismo,
para que veas lo fácil, rápido y cómodo que
es!
OTRA
VEZ EL SARMIENTO-CHOCARON DOS TRENES EN CASTELAR 13/06/2013
Una
formación embistió a otra que permanecía detenida
Dos formaciones del Ferrocarril Sarmiento chocaron esta mañana,
a la altura del cruce Zapiola, en la localidad bonaerense de Castelar.
Según trascendió, el accidente se habría producido
alrededor de las7:07 de la mañana, cuando uno de los trenes
(3725 chapa 19) (que circulaba en sentido a Morón) embistió
a otro por detrás (3727 chapa 1). Éste permanecía
detenido para iniciar su recorrido.
En la zona trabajan tres dotaciones de bomberos. El Sistema de Atención
Médica de Emergencia (SAME) envió cuatro ambulancias
al lugar. En diálogo con Radio Mitre, el delegado del Sarmiento
Edgardo Reinoso aseguró que el choque se produjo porque una
formación esperaba para ingresar al taller ferroviario de
Castelar. Reinoso agregó que el tren embestido "aguardaba
señal" para ingresar al taller.
El secretario ejecutivo del Consejo Provincial de Emergencias, Luciano
Timerman, aseguró hoy que "todavía no hay reporte
de heridos".
Lucas Gorosito, uno de los pasajeros que viajaba en la formación
que impactó al detenido, contó esta mañana
en Guetap, por FM Vorterix que "el primer vagón parecía
una latita de sardinas. Yo me retiré hace un ratito tratando
de ayudar a la gente que estaba ahí, gente que no podía
bajar por los golpes que tenía".
Un total de 18 heridos aguardaban a las 9.20 ser trasladados por
las ambulancias del SAME a los hospitales de la zona oeste del Gran
Buenos Aires, luego del choque de trenes registrado esta mañana
en la localidad de Castelar.
Las personas, a las que se les había colocado cuellos ortopédicos
y puestos sobre camillas, fueron ubicados sobre la avenida Rivadavia.
Los heridos
serían los últimos que faltan trasladar a los centros
de salud de la zona.
SERVICIO LIMITADO
La línea
Sarmiento realizaba un servicio limitado, informaron fuentes de
la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (UGOMS).
Los trenes, que habitualmente se dirigen de Once a Moreno, realizaban
un recorrido limitado entre Once y Haedo, debido al accidente,
señalaron las fuentes.
Sobrero aseguró que hay tres muertos en el accidente ferroviario
El juez federal Rodríguez está a cargo de la investigación
del accidente ferroviario en Castelar
El gremio denunció que el tren que chocó no estaba
en condiciones
El delegado
Daniel Ferrari aseguró que el accidente "es de magnitud",
y que el vehículo que embistió a otro se quedó
sin freno, y que había estado 6 meses parado en los talleres.
"Se montó encima de otro", señaló
El delegado
contó que hay alrededor de las formación varios
heridos que están siendo atendidos por los servicios de
urgencia, aunque aseguró no tener información sobre
la posibilidad de que hubiera fallecidos.
Ferrari denunció
además que el coche que embistió al que estaba detenido
"estuvo parado seis meses en los talleres porque estaba con
desperfectos". "Salió el lunes, y a los dos días
ocurre este accidente. Nosotros denunciamos que no estaba en condiciones
de circular", afirmó.
En declaraciones
a radio La Red, el sindicalista dijo que la situación fue
similar a lo que ocurrió en la tragedia de Once, cuando
por el impacto, los vagones se montaron encima de otros.
Asimismo,
negó que la formación sea nueva, y dijo que los
coches "son ploteados, pero son los equipos viejos. Esto
lo venimos denunciando pero nadie nos escucha", aseguró.
MORIR
PORQUE SÍ... 14/06/2013
De:
http://blogs.perfil.com/relatodelpresente/
Probablemente
no se trate de un hecho delictivo habitual. Una chica murió.
La hija de alguien fue asesinada. La sobrina de un fulano fue
matada. A una amiga de un flaco le robaron la vida. A la compañera
de varios pibes le cortaron el camino. Una mujer que podría
haber llegado a mucho o a poco, pero que nunca lo sabremos porque
alguien le quitó esa oportunidad de ser dueña de
los destinos de su propia vida.
Es posible
que no sea un caso más de inseguridad, sino que se trate
de una cuestión extraordinaria en ese mundo al que tanto
nos malacostumbramos. Pero funciona como caso testigo ante esta
cotidianidad de hechos que nos sedan de a poquito hasta que algo
nos sacude la modorra. Hace unos años, un ratero, punga
o descuidista era motivo más que suficiente para la indignación
colectiva. Tiempo después, el robo de automóviles,
sus estéreos y los saqueos de viviendas temporalmente deshabitadas,
sembraron estupor en la sociedad. Más adelante, las noticias
sobre robos en banda y con armas se hicieron parte del desayuno
como el pan con manteca. Más cerquita, acá a la
vuelta en el tiempo, empezaron a aflorar los secuestros extorsivos.
Todos y cada uno de estos delitos fueron incorporándose
a la vida del ciudadano común como una factibilidad del
día a día, como algo que puede pasar por el mero
hecho de vivir en sociedad. Nos acostumbramos y, de esa realidad
en la que un sencillo robo podía salir en la tapa del diario,
llegamos a esta situación en la que en la cola del supermercado
podemos escuchar que a Juan lo bajaron del auto en un semáforo,
que a Gustavo se lo llevaron a pasear por los cajeros automáticos,
que a Fernando le entraron a robar al negocio dieciséis
veces en dos meses, que al hijo de tu amiga lo cagaron a trompadas
para sacarle el celular que le compraste para que esté
más seguro, que al viejo de tu compañero del trabajo
lo pasaron al más allá de un corchazo por resistirse
a que le entren a la casa, que a la octogenaria madre de tu amigo
le entraron a robar la jubilación pedorra que cobra por
toda una vida de laburo y, por si no alcanzara, la ataron y molieron
a golpes.
Puede ser
que no se trate de un caso más de inseguridad, de esos
que no se pueden prevenir porque no podemos pretender que haya
un policía por cada ciudadano. Sin embargo pega. Y pega
por todos esos casos que sí podrían prevenirse y
por los que se hace poco y nada al respecto. Jode porque sólo
hay tres formas de ver un policía: en el lugar del hecho,
tarde y con el delito consumado, en la Comisaría al hacer
la denuncia, o de a miles para custodiar que los integrantes de
la patria del aguante no arruinen sus ya penosas vidas en un partido
de fútbol que sirve sólo de excusa para ver cuál
hinchada la tiene más larga. Jode por cuestiones tan elementales
que ni siquiera caben en el axioma clasemediero y conformista
de “los derechos humanos son sólo para los delincuentes”,
cuando a la inmensa mayoría ni nos calienta qué
le puede pasar al que nos hace algo, sino que, sencillamente,
no queremos que nos hagan nada. Jode, y mucho, porque cada vez
que alguien se queja, tiene que pedir disculpas por haber dicho
lo que sintió, como si los sentimientos no controlaran
nuestras acciones, como si fuéramos robots autómatas
salidos de la línea de montaje de Fabricaciones Progresistas,
programados para cantarle a la vida, a la integración y
a la igualdad mientras nos fajan por un par de monedas. Jode,
y demasiado, porque tenemos que meternos la lengua donde no pega
el sol y sentir culpa, penosa y pedorra culpa, por haber reaccionado
con violencia verbal ante el ataque de la violencia física
y psicológica de quien entra de prepo en nuestras vidas
para quitarnos lo poco o mucho que llevamos encima. Jode, y vaya
que jode, porque nos llevaron a la ridiculez extremadamente pelotuda
de tener que agradecer porque “nos trataron bien, al menos
no nos mataron”, cuando nos sacaron los que nos costó
laburo conseguir y, por si fuera poco, nos mandaron al psiquiatra
para poder dormir por las noches.
En una de
esas, no sea tan sólo un caso para sumar a la sensación
de inseguridad. Puede que no, pero pasa que eso que comenzó
como una ola de delitos se convirtió en una pileta olímpica
con trampolín, donde el Estado es el bañero gordo
que se pone a tomar sol y a mirar culos con carpa mientras nos
ahogamos. Casos como el de una sencilla adolescente que fue violada
y asesinada, impactan, y lo hacen más allá de la
indignación simple: es la paranoia perpetua de vivir con
miedo desde el mismísimo momento en que empezás
a querer a alguien, sean tus viejos, tus hijos, tus amigos o tu
mujer. Es el cagazo tremendo, pero no a que te dejen, sino a que
te los arranquen de la vida. Es el terror de saber que la persona
que amás puede desaparecer, antes por acción del
Estado, hoy por la inacción del mismo.
Por ahí
sea cierto que no se trate de un caso de inseguridad más,
pero es una muestra en oferta en la vidriera de lo que nos altera
la normalidad de nuestras vidas, de una sociedad diezmada en sus
valores más fundamentales de respeto por la vida, de respeto
por la propiedad privada del producto del esfuerzo personal, de
respeto por el otro, de respeto, de respeto, de respeto.
Quizás
no sea un hecho más de delincuencia, uno más del
montón, pero sabemos que a una chica la sacaron del curso
habitual de su día, de esa rutina que sus padres tenían
por normal. Y sabemos que la violaron, que la mataron y que, finalmente,
la trataron como lo que consideran que es cualquier otro ser humano:
un cacho de carne desechable. La tiraron a la basura, la descartaron
cuando ya no les sirvió, y es precisamente ese uno de los
temas por los cuales el caso también me impacta a mí,
en lo personal. Y es que no somos otra cosa que un cacho de carne,
una góndola portadora de lo que el eventual delincuente
desea y no sabe/no le interesa aprender a conseguir de un modo
legal, sea un par de zapatillas, un celular o efectivo. Somos
entes sin nombres que nunca tuvieron infancia, que no tienen padres,
que no tienen hermanos, que no tienen hijos, que no tienen proyectos,
que no tienen sueños, que no tienen otra cosa para darle
a la sociedad que ser proveedores descartables y sumisos de lo
que el otro quiere ya, porque le pintó, porque le gustó,
porque se le cantó que así tenía que ser.
Puede ser
que no se trate de un hecho delictivo más, pero sucede
que nos exigen paciencia, que nos piden comprensión para
el más necesitado, que nos intiman a que nosotros, pobres
boludos laburantes, nos hagamos cargo por nuestros medios de lo
que nosotros no generamos. Como si fuéramos nosotros los
que quisimos que saquearan el país una y otra vez, como
si fuéramos nosotros los que impulsamos leyes pedorras
que atan de manos a la justicia, como si fuéramos nosotros
los que pedimos que vaciaran las calles de uniformados de la Policía
Federal, como si fuéramos nosotros los que le damos cientos
de millones de dólares a una asociación de fútbol
que no hace absolutamente nada para evitar que ingresen barrabravas
a un estadio, como si fuéramos nosotros los que hicimos
todo lo necesario para esconder la pobreza de villas que crecen
a pasos agigantados, como si fuéramos nosotros los que
barremos bajo la alfombra a las familias enteras que viven en
la calle sin que nadie las notifique de que ellas son las campeonas
de esta década ganada. En sus casillas de la villa o en
sus habitaciones de casas tomadas, los que no tienen nuestro poder
adquisitivo miran por la tele las mismas publicidades que nosotros
y desean lo mismo que nosotros, pero nadie se ha calentado en
explicarles cómo conseguirlo y, los que lo entienden, no
tienen acceso a esas oportunidades.
Puede que
sea un hecho excepcional, y hasta es probable que se trate de
un violeta de clase alta, con mucama, cinco rubiecitos y coche
importado en la puerta del chalet, dado que el perfil del violador
no reconoce poder adquisitivo ni nivel educativo, pero a quién
puede importarle si el delito se consumó igual, si el Estado
no nos cuidó del otro al que ahora llama Patria, si una
piba con uniforme escolar puede desaparecer de la calle a plena
luz del día sin que nadie vea nada, si en zona de ingreso
y egreso de escolares no hay más presencia policial. ¿Acaso
deberíamos analizar el contexto social en el que se desarrolló
el delito? ¿Con qué fin, sólo para pedir
disculpas al victimario convertido en víctima? Durante
años nos taladraron la cabeza con que la delincuencia es
producto de la falta de inclusión, de la carencia de oportunidades,
de la marginalización, de la pauperización de la
sociedad. Y durante otros años nos llenaron los gobelinos
con afirmaciones que nos dicen que la pobreza casi no existe,
que la inclusión es una realidad por obra y gracia de la
oratoria de la Presi, que las oportunidades ahora son para todos,
porque sí, porque así lo dice algún spot
de Canal 7. Sería interesante ver qué opinan de
los hechos de los últimos tiempos, si es que los fundamentos
progres de la delincuencia eran truchos o si lo trucho es El Modelo.
No sé, quizás los grosos de la vida podrían
armar un debate para definir si es importante que hayan violado,
matado y arrojado a la basura a una mocosa, o vale más
reconocer que éstas son cosas que utilizan las corporaciones
multimediáticas para opacar que Néstor nos devolvió
la dignidad de cagarnos muriendo de un corchazo en manos de un
fumapaco, pero con ideales y la reinstauración de la discusión
política. Y todavía hay gente que se ofende porque
puteamos a quienes dirigen los destinos del país desde
hace más de una década. ¿A quién deberíamos
putear, campeones morales, a Dios?
La alienación
de algunos sujetos es total, la ausencia de esos signos que nos
diferencian del resto de los homínidos es absoluta. El
domingo pasado, integrantes de la hinchada de Independiente salieron
en directo para todo el mundo saltando sobre sus puños,
en plena danza belicosa subsahariana. Ante las cámaras
se mostraron sus rostros descubiertos mientras destrozaban y agredían
al resto. Ni se suspendió el partido. Al día siguiente
asesinaron a un hincha de Lanús y Canal 7 demoró
casi una hora en anunciar lo que todos ya sabíamos. Así,
mientras el Estado nos demuestra que no puede hacer mucho para
evitar la violencia en las canchas, pero al menos la transmiten
en directo, algunos defensores del gobierno se ofenden porque
los medios le dieron demasiada cobertura a la violación
y asesinato de una menor de edad, por tratarse de “una chica
de Palermo”. A estos mamertos, les tengo una noticia: gran
parte de La Cámpora de Capital Federal también es
de Palermo y, por ende, vecinos de la víctima.
Ya no sé
bien cuál es la forma medianamente humana de abordar el
tema, dado que todo lo que me enseñaron debería
haberse aplicado hace tiempo, y hoy me da a que son recetas inabordables.
¿Cómo se le explica a un pibe que debe esforzarse
en el laburo para adquirir lo que desea si la inflación
le morfa los talones y en una tarde de choreo puede juntar la
misma guita que a nosotros nos lleva meses de laburo? ¿Cómo
se abordan los delitos contra la integridad sexual si cualquier
medida en su protección es considerada inhumana? Estaría
bueno que alguno de estos millonarios que tenemos por luminarias
del Estado nos lo explique y lo lleven adelante, en vez de pedirnos
que dejemos de quejarnos y propongamos las soluciones. Ya bastante
caros nos salen ¿Encima pretenden que hagamos el trabajo
de ellos? No hace demasiado tiempo, Berni, Secretario de Seguridad
y Guardián de la Galaxia, afirmó que la jurisdicción
de la Policía Federal Argentina es la Ciudad de Buenos
Aires. ¿Y, qué hacemos? Mientras tanto, tenemos
que fumarnos a faros de la moralina como Lubertino que, sin sonrojarse,
afirma que falta iluminación en la zona en la que levantaron
a la víctima, como si hiciera falta más luz que
la del sol a las diez de la matina. Al menos Lubertino mantuvo
la altura de cuando pidió que “ante la eventualidad
de una violación, hay que pedirle al atacante que se coloque
un preservativo”.
Podría
tratarse de un delito raro, de algo que no debería someterse
al análisis ordinario de la inseguridad, pero lamentablemente,
nos toca vivir bajo un gobierno que también es parte de
la ola de inseguridad. Y nadie le puede exigir a quienes violan
sistemáticamente la ley que hagan algo para que esa misma
ley se respete.
Mercoledì.
Probablemente no sea un caso más de inseguridad. ¿Pero
a qué más nos deberíamos acostumbrar?
Editor
responsable: Andrea Scatturice
Jorge Newbery 3843 1º 21. C.A.B.A
Tel: 011-15-5562-4063
Mail: info@altosdelaweb.com.ar
Nro de inscripción en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual:
5038044