26/05/2015 |
Los
locales de venta de alimentos, en la mira por la falta de higiene.
26/05/2015 |
Recoleta,
15 de marzo pasado. El vecino asentó una denuncia en el gobierno
de la ciudad sobre un alimento que compró en un supermercado
en la avenida Santa Fe. "Llevé milanesas envasadas con
el rotulo «carne vacuna, peceto». Eran de dudosa procedencia
y calidad. Tiene un color violáceo o rosado aún después
de una cocción prolongada. Tiene sabor a carne de cerdo o
de caballo. El elaborador no exhibe los datos obligatorios."
En el año último, los supermercados -chicos, grandes
y los súper chinos- recibieron 937 denuncias de vecinos por
alimentos vencidos, en mal estado de conservación, falta
de frío en las heladeras o por la presencia de insectos y
roedores en los comercios, entre otras irregularidades. En el podio
siguen las casas de comidas (899 denuncias), y los restós
(382), según un informe de la Dirección de Higiene
y Seguridad Alimentaria de la ciudad (ver aparte).
Mientras que los bares y restaurantes resultaron ser los que más
clausuras recibieron, seguidos por supermercados y las verdulerías:
la Ciudad ordenó el cierre provisorio de 1339 locales de
expendio de alimentos en el último año y medio.
"Los lugares cercanos al río y a las vías son
atractivos para los roedores. En las inspecciones detectamos si
hay ratas por las heces y los rastros de orina que dejan en las
cocinas. Porque no es común ver a los roedores y vectores
cuando hay luces o movimiento. Salen de noche, cuando no hay nadie",
explicó el inspector porteño, que pidió reserva
de su nombre.
Una de las denuncias de vecinos canalizadas en la Ciudad es sobre
un supermercado en la avenida Congreso, donde, por ejemplo, había
cortes de carne exhibidos en góndolas de "color verdoso".
Para los especialistas en higiene alimentaria, la contaminación
de los alimentos que consumen los porteños muchas veces comienza
en los depósitos de origen. Por ejemplo, los cajones de frutas
y verduras que llegan a los supermercados traen vectores del Mercado
Central. Y después se dispersan donde hay una gran cantidad
de alimentos.
Miguel Calvete, secretario general de la Cámara de Autoservicios
y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos de la República
Argentina, aseguró que "los supermercadistas toman cursos
de manipulación de alimentos e higiene. Esto no quita que
por alguna negligencia haya alimentos vencidos en las góndolas,
como ocurre en otros supermercados".
Consultada la Asociación de Supermercados Unidos (ASU, que
agrupa a las grandes cadenas de supermercados) al cierre de esta
edición, no respondieron las inquietudes de LA NACION.
CASA DE CUCARACHAS
Segundo subsuelo de una importante panadería-bar del centro
porteño. El inspector de salubridad suspira, incrédulo:
detecta allí una enorme cantidad de cucarachas, vivas y muertas.
No duda: "Hay que clausurar el lugar", dice. El dueño
se opone; lo enfrenta en una acalorada discusión. Y lo desafía:
"¡Cómo me va a clausurar sin siquiera haber entrado
en la cocina, que está en la planta baja! Venga, mírela".
Ambos ingresan en el sector donde se prepara la comida. El experto
observa un enchufe roto, en desuso. Y hace una prueba: lo toca con
una lapicera y pide que apaguen las luces. Diez segundos más
tarde, cuando vuelven a encenderla, una decena de cucarachas había
salido de allí y estaban sobre la mesada. "¿Ahora
qué me dice?, pregunta el inspector." Hubo largo un
silencio.
Panaderías, bares y casas de comidas son atractivos para
las ratas. Arman cuevas entre paquetes de harina o viejos cajones
de madera. Según la Ciudad, se realiza un promedio mensual
de 1800 inspecciones, mientras que desde 2014 decomisaron 180 toneladas
de alimentos no aptos para consumo.
Según confiaron varios inspectores, algunos restós
de Puerto Madero tienen serios problemas con los insectos. De hecho,
meses atrás, un comensal encontró una cucaracha en
la panera de un restó de Alicia Moreau de Justo al 110. Por
el contratiempo, recibió de regalo un lemonchelo.
El Ministerio Público Fiscal también realizó
allanamientos en casas donde se fabricaban comida, en virtud de
operativos para detectar a una red de manteros. Un operativo por
una investigación de la fiscal Verónica Guagnino el
26 de junio de 2014 descubrió un depósito ilegal de
pescadería sin refrigeración dentro de un estacionamiento
de autos bajo la estación de Once.
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Suspendieron
un desalojo en San Telmo, tras una protesta. 26/05/2015 |
Efectivos
de la Policía Federal suspendieron hoy el operativo de desalojo
en un inmueble de la calle Chacabuco al 1000 en el barrio porteño
de San Telmo, donde viven unas 40 familias desde hace seis años,
tras una protesta organizada por el Frente Popular Darío
Santillán.
Federico Orchani, vocero de la organización que defiende
a los ocupantes del inmueble, se quejó porque el freno del
desalojo “se hizo de manera muy informal”.
“Solo tenemos la palabra de un comisario que nos lo dijo,
no sabemos si oficialmente se suspendió, pero al no hacerse
nadie presente para llevarlo a cabo tuvieron la orden de levantar
el vallado”, indicó.
Durante la madrugada la Policía Federal montó un vallado
en la calle Chacabuco, entre Carlos Calvo y Humberto 1°, a fin
de “preservar el lugar para llevar adelante una orden de desalojo”,
aseguró uno de los efectivos presentes en el lugar.
En ese mismo momento vecinos y miembros de organizaciones sociales
comenzaron una vigilia en rechazo del desalojo ordenado por la jueza
del juzgado número 26, Maria Cristina Nazar, contra las 40
familias que habitan desde hace mas de seis años el inmueble.
Esta mañana, pasadas las 9.30, mientras se esperaba una fuerza
de seguridad que concretase el desalojo, o la presencia del oficial
de justicia que constatara la situación de las familias,
la Policia Federal levantó el vallado que interrumpía
el paso sin dar ninguna explicación.
“Todo se maneja así en la ciudad, no sabemos si formalmente
se suspendió el desalojo, nadie nos dice nombres ni cargos,
solo sabemos que la policía levantó el vallado y se
va”, agregó Orchani.
“Los vecinos de este inmueble no quieren que les regalen nada,
son gente trabajadora con chicos que están en el colegio,
quieren acceder a una vivienda digna. Acá el gobierno porteño
tiene que hacerse cargo y dar una respuesta que no sea desalojar
el lugar y dejar a estas 40 familias en la calle”, insistió.
“La empresa que reclama el inmueble es casualmente una empresa
constructora, acá hay un proceso de especulación del
mercado inmobiliario, es una muestra más de la situación
generalizada que se vive en la ciudad”, denunció Orchani.
El abogado de la Secretaría Nacional de Acceso al Habitat,
Ricardo Sassón, afirmó que “existe una causa
penal, en la justicia penal y contravencional de la Ciudad”
y hace “pocos días recibimos el pedido de los vecinos
para intervenir”.
“Nos enteramos de una situación de desalojo y presentamos
una nota pidiendo la suspensión del mismo y una audiencia
con las autoridades locales y nacionales a fin de colaborar y trabajar
en la resolución de esta situación”, agregó
el letrado.
Y detalló: “El viernes hablamos con la jueza que planteaba
que la decisión estaba tomada porque es un fallo que está
firme por la Cámara y era difícil hacer lugar a este
pedido de suspensión de desalojo, entonces le planteamos
que así como se ordena un desalojo también hay que
plantear la orden de resolver la situación habitacional en
la que quedan las familias. No se puede desproteger un derecho para
resolver otro”.
“Evidentemente se ha resuelto favorablemente, ya que la policía
se retiró del lugar. Nos vamos a hacer presente en el juzgado
para ver cual es la situación existente y si tenemos la posibilidad
de una audiencia con los propietarios y autoridades del Gobierno
de la Ciudad que nos permita iniciar un diálogo tendiente
a resolver la situación habitacional de las familias”
que viven en el inmueble.
“Se detuvo el desalojo , la policía vino a asustar
a las familias. El comisario dijo que no se presentó nadie
y que por eso levantan el vallado, después otro te dice otra
cosa, se tiran la pelota entre ellos, es una falta de respeto”,
señaló Javier Ayala, uno de los habitantes del lugar.
“Por ahora se suspendió, no sabemos si pueden volver
ahora, o más tarde, o en otro momento, lo que queremos es
que el Gobierno de la Ciudad venga a dialogar para darnos una solución
a las 40 familias que vivimos acá”, apuntó.
Y agregó: “No queremos que nos regalen nada, que nos
den un crédito para poder tener una vivienda digna. Somos
trabajadores, no hay delincuentes, somos familias que todos los
días trabajamos para tener un sueldo, comida y mantener a
nuestras familias”.
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Los
porteños aprueban que los bonaerenses trabajen y utilicen
los servicios públicos locales. 26/05/2015 |
O
al menos, una gran mayoría. Según datos oficiales,
64,5% aprueba que vecinos del conurbano asistan a centros de salud
de la ciudad de Buenos Aires; 73,1% acuerda con que crucen a estudiar
a la ciudad, y 81% admite que trabajen en esta Capital.
Lejos de la percepción sobre la existencia de tensiones -y
hasta de discriminación- entre los porteños y sus
vecinos del conurbano, un estudio demuestra que la tolerancia es
alta respecto del uso de establecimientos educativos y sanitarios
que funcionan en la ciudad por habitantes del otro lado de la General
Paz.
También resulta notoria la aprobación a que personas
de otros distritos trabajen en la Capital. Similar es la aceptación
de los residentes en el conurbano hacia los porteños.
Según una encuesta de cohesión social realizada a
fines de 2014 por la Unidad Área Metropolitana de Buenos
Aires del Ministerio de Gobierno porteño, que hoy difunde
el diario La Nación, el 73,1% de los vecinos de la Capital
está de acuerdo o muy de acuerdo con que personas de otros
puntos de la AMBA utilicen servicios educativos, públicos
o privados, del distrito.
Vanesa Jmelnitzky es una de ellas. Residente en Munro, partido de
Vicente López, la mujer envía a sus hijos a escuelas
porteñas. La nena cursa la primaria en Núñez,
y el varón, la secundaria en Belgrano. “La educación
en la Capital es mejor. Tengo experiencia en la provincia, y la
diferencia en calidad es mucha”, explicó.
Sólo en las escuelas públicas de la ciudad, el 20%
del alumnado (70.000 sobre un total de 350.000) es bonaerense, según
datos del Ministerio de Educación porteño.
La encuesta de cohesión social en AMBA también muestra
que 64,5% de los porteños está de acuerdo o muy de
acuerdo con que residentes en el conurbano se atiendan en centros
de salud de la Capital.
En el sistema de salud pública porteña, entre el 60
y el 65 por ciento de los 9 millones de consultas anuales son realizadas
por bonaerenses, según el Ministerio de Salud de la ciudad.
El porcentaje trepa hasta 75% en los centros pediátricos,
como el Elizalde que visitó Nadia Mateo. También crece
la proporción de pacientes que cruzan la General Paz para
atenderse en los establecimientos situados en la periferia.
En materia laboral, ocho de cada diez porteños están
de acuerdo o muy de acuerdo con que habitantes de otros distritos
del AMBA trabajen dentro de la Capital.
El relevamiento consistió en 3000 entrevistas presenciales
a mayores de 18 años. A los fines del estudio, la zona sur
abarcó los municipios de Avellaneda, Lanús, Lomas
de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Florencio Varela y Berazategui.
La zona oeste quedó compuesta por Esteban Echeverría,
Ezeiza, La Matanza, Morón, Merlo, Ituzaingó, Hurlingham,
San Miguel, José C. Paz y Moreno. Por último, Malvinas
Argentinas, Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López,
San Martín y Tres de Febrero integraron la zona norte.
Bárbara Posesorski, vecina de Ciudadela (Tres de Febrero)
de 28 años, es profesora de biología. Para ejercer
su profesión, eligió escuelas públicas y privadas
de la Capital. “Doy clases en escuelas públicas de
Mataderos, Almagro y Recoleta, y en una privada de La Boca. Me resulta
más sencillo acceder a la información de los actos
públicos para concursar; está disponible en Internet.
Mientras que, en mi distrito, debo ir personalmente al Consejo Escolar
de Tres de Febrero, donde el trato de los empleados con la gente
no es nada grato”, sintetizó.
El 48% de los puestos de trabajo de la ciudad está ocupado
por residentes en el Gran Buenos Aires. Como Mayra Lorenzo, que
viaja a diario entre Del Viso y la Capital para desempeñarse
en una consultora. “Soy licenciada en periodismo y la oferta
laboral para mi carrera está centralizada en la ciudad”,
explicó.
“Hay en el AMBA una gran apertura a recibir a personas que
no son de su ciudad. Existe una mayor receptividad que la que uno
podría ver desde una percepción política. Subestimamos
la vida metropolitana, quienes se mueven a través de la General
Paz no tienen prejuicios respecto del otro”, opinó
Diego Valenzuela, responsable de la unidad porteña que realizó
el informe, y referente del PRO en el Partido de 3 de Febrero.
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Denuncian
que Colegiales se convirtió “en una zona liberada”.
26/05/2015 |
(CABA)
“Estamos cerrando ya“, dice el dueño de un café.
Ante la cara de incredulidad del cliente, se apresura a acotar:
“Es por seguridad, prefiero vivir tranquilo aunque gane unos
pesos menos“. Son las 18.30 y se extinguen las últimas
luces del día. Los comerciantes y vecinos que eligieron Colegiales
para vivir por su tranquilidad sienten impotencia e indignación
ante la reiteración de hechos delictivos.
Una mueblería asaltada 23 veces en 25 años. Un departamento
desvalijado hace dos semanas. Una mujer de 73 años brutalmente
golpeada en plena tarde. El dueño de la concesión
de un supermercado Día que no renovará el contrato
de alquiler porque desde 2011 registraron 11 robos; el último,
hace menos de un mes. Aunque duela y genere bronca, quienes viven
en el barrio, dicen que nada sorprende.
Roberto, propietario del bar Santino, ubicado en la avenida Álvarez
Thomas al 1100, en la intersección conZabala, cuenta que
el último asalto que sufrieron fue a principio de mes cuando
dos delincuentes, a las 16, entraron armados y le robaron incluso
a los clientes. “No quiero abrir más a la noche. Estamos
a la deriva, no le importamos a nadie“, advierte con impotencia.
Su testimonio se repite entre los demás vecinos que denuncian
que la zona representa un polígono con control ausente de
la policía, pese a que intervienen tres seccionales de la
Federal en su custodia: la 37, 31 y 33. Ante la falta de respuestas,
tratan de cuidarse entre ellos. Pero no alcanza….
María Cristina Rego salió el viernes 8 de mayo de
lo la casa de su hermana, en Cabildo y Maure, y se fue a hacer las
compras, cuando dos mujeres de importante contextura física
la abordaron a las 15.45, en Freire yPalpa. Aún conmocionada,
recuerda ese día. “Me pegaron en la cara sin decirme
nada y caí al suelo como una bolsa de papas. Me salía
sangre de la nariz. Todavía me quedan moretones en la espalda“,
relata a La Naciónmientras imita con su puño el golpe
que le propinaron cerca del ojo izquierdo.
“Mi preocupación es que estoy operada de la nariz y
la columna. Decí que una persona me ayudó y llamó
a una ambulancia. Estuve cinco horas en el hospital Pirovano“,
agrega la mujer, que tiene 73 años y hace diez vive en Colegiales.
“Hace dos días me tocaron timbre en casa para pedirme
ropa. Eran las once de la noche. ¿Raro no? Obviamente no
bajé, pero me alteré mucho“, cuenta.
La inseguridad que a diario se vive en Colegiales también
se ve reflejada en el mapa del delito vecinal. El año pasado
se detectaron 700 casos, entre el 1° de mayo y el 1° de
noviembre. La cantidad aumentó a 944 en el último
informe (abarca del 1° de noviembre de 2014 al 1° de mayo
de este año).
Los episodios que más se denunciaron fueron arrebatos en
la calle con o sin armas. “Hay un aumento significativo en
la cantidad de delitos“, señala a este medio Nelson
Durisotti, coordinador del reporte.
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