09/02/2010 |
PALERMO
Y RECOLETA SON LOS BARRIOS MAS RUIDOSOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES |
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En
la ciudad de Buenos Aires, los barrios Recoleta y Palermo concentraron
la mayoría de las denuncias por ruidos molestos, por la creciente
concentración de bares, restaurantes y discos, aunque el
nivel de conflictividad también fue alto en sectores de Retiro,
Balvanera, San Nicolás, Monserrat, Almagro, Colegiales y
Belgrano, entre otros barrios, informa el diario Clarin.
El
año pasado se denunciaron 3.247 casos de ruidos molestos
en toda la Ciudad, un 21% más respecto a 2007. Y no es
raro: según datos de la OMS, Buenos Aires es la ciudad
más ruidosa de América Latina y la cuarta del mundo
detrás de Tokio, Nagasaki y Nueva York.
Basados
en la experiencia de los casos, los técnicos que trabajan
en el procesamiento de datos explicaron que quienes poseen un
nivel económico más alto son los que más
denuncian. De la misma manera, los números marcan que las
probabilidades de resolver los problemas que generan una fuente
fija -un boliche o una fábrica- son mucho más altas
que las que genera, por ejemplo, un grupo de personas que todos
los viernes se juntan en una esquina a hacer el “preboliche”.
“Los
ruidos molestos a los que hay que enfrentarse en la Ciudad son
innumerables. Y además van mutando incluso por épocas:
ahora están las murgas que participan de los carnavales
y ensayan en las plazas públicas, muchas a la hora de la
siesta. Eso puede resultar molesto”, ejemplifica Silvia
Cabeza, de la Asociación Civil Oír Mejor. Otros
son ruidos aún más caseros, que pueden influir en
la convivencia de un edificio: ejemplo, el motor de un ascensor.
“En este tipo de ruidos, el consorcio está obligado
a solucionar los problemas”, explicó Cabeza.
Los
mecanismos para denunciar se ampliaron en los últimos años:
se puede llamar por teléfono las 24 horas (al 0800-33-FISCAL),
mandar un mail (denuncias@jusbaires.gov.ar), o ir a las Unidades
de Orientación y Denuncia (UOD) que ya hay en Balvanera,
Pompeya, Lugano y Palermo.
Hay
ruidos que son irritantes, porque se prolongan en el tiempo. Pero
los más graves son aquellos que pueden ser perjudiciales
para la salud, y causan desde stress hasta enfermedades auditivas.
“La dificultad para comprender muchas veces lleva al aislamiento,
a más agresividad, irritación, stress o cambios
de comportamiento”, explicó la fonoaudióloga
Fabiana Troncoso de Gaes, especialistas en trastornos auditivos.
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UNA
CALLE FLORIDA PERO SIN FLORES. DETALLES DE UNA CALLE HISTÓRICA
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Es
relativamente corta. Con un recorrido de 12 cuadras. Peatonal. Céntrica.
Une a dos enemigos: Rivadavia y San Martín. En el Nº
271 una placa recordatoria indica que allí vivió Mariquita
Sánchez de Thompson, a quien la historia escolar recuerda
como la dueña del salón en donde canta por vez primera
el Himno Nacional Argentino.
Está repleta de negocios. A veces, no muy limpia. Recorrida
por una multitud de transeúntes, que suelen chocarse sin
darse cuenta ni pedirse disculpas. Visitada por todo extranjero
que llegue a la Capital Federal. Vomita vendedores de ropas que
“huelen” al extranjero y lo invitan a acercarse a sus
locales de venta de ropa de cuero. No falta el “arbolito”
que dice en voz baja: “cambio, cambio”, invitando a
la compra y venta de dólares.
Sí, es la famosa calle Florida.
Se cuenta que en la década del 1880 es lugar de residencia
de la ‘gente bien’, de la elite porteña. Muchos
años después, pasó a ser una arteria comercial.
En 1913, se accede al pedido de los comerciantes para hacerla exclusivamente
peatonal en algunos tramos. Las grandes tiendas comerciales, como
Gath & Chaves y Harrod’s instalan allí sus enormes
y polícromas vidrieras. También, se cubre de confiterías
y galerías artísticas y literarias. Hoy, toda su ruta
es peatonal.
Recibe su nombre pero no por sus flores, que están ausentes.
Pocos de sus caminantes saben el por qué.
La “colonización pedagógica” está
presente y triunfante, desconectando al porteño con su verdadera
historia.
Un triunfo patriótico en el Alto Perú
El
25 de mayo de 1814, se enfrentan en la cercanías del pueblo
de La Florida, a orillas del río Piray, las fuerzas realistas
del coronel José Joaquín Blanco contra las huestes
patrióticas encabezadas por Antonio Alvarez de Arenales
y José Ignacio Warnes, junto a los comandantes De la Riva
y Mercado.
Es una dura batalla en donde se enfrentan aproximadamente 2000
hombres. El triunfo favorece a las fuerzas patrióticas.
Blanco, derrotado, se agrupó con su gente en la plaza del
pueblo. Allí se apersona el coronel Warnes y lo desafía
a un combate personal.
Se enfrentaron montados en sus caballos y el jefe patriótico
vence al absolutista.
Luego, Arenales arremete contra la caballería realista
y mata espada en mano a tres enemigos. Es muy mal herido, aunque
se sobrepone y salva su vida gracias a los cuidados del médico
y capellán Fray Justo Sarmiento.
En homenaje a los triunfadores, el Director Supremo don Gervasio
Antonio Posadas dispone que la calle más céntrica
de Buenos Aires lleve el nombre del lugar de la batalla: Florida.
Esta batalla es recordada en el libro de Emilio A. Bidondo “LA
GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN EL ALTO PERÚ”. Como
dato curioso, es interesante observar el aprecio o respeto excesivo
que presenta el coronel Bidondo por el enemigo realista.
Dice textualmente sobre el jefe Blanco: “hábil profesional
y de un carácter y valentía similar a sus oponentes
(...) el valiente Blanco, con varias heridas de corte y punta,
murió estoicamente como había vivido, sobre su caballo
de pelea”.
Dicho sea de paso, una peculiaridad de nuestros historiadores
es valorizar unas batallas en desmedro de otras. Es así
que en la historia escolar se da gran importancia a la batalla
de San Lorenzo y ni se menciona el importante triunfo de Arenales.
El historiador Ricardo Levene (“LECCIONES DE HISTORIA ARGENTINA”)
estaba al frente de un ejército “de 125 hombres”.
Y realmente el combate no supera los 400 hombres. El recio enfrentamiento
duró menos de una hora.
Sucede que ése es el único combate librado por José
de San Martín en el actual territorio argentino. Por eso
se lo destaca. Sin embargo, merecería resaltarse más
y más cada día la importancia y trascendencia del
Gran Capitán en las campañas de Chile y Perú.
Antonio de Arenales, el “Apóstol de los indios”
Una
relación poco difundida a los escolares es la simpatía
recíproca del español Arenales y los indios.
Alvarez de Arenales es nativo de España. Nace en 1770 en
Villa Reynosa, de Castilla la Vieja.
Adquiere la ciudadanía de las Provincias Unidas del Río
de la Plata en 1813.
Es educado para ser sacerdote, pero elige la carrera militar.
Tras concluir sus estudios militares, convertido al liberalismo
revolucionario, es enviado al Alto Perú (la actual Bolivia)
donde se une al movimiento revolucionario de Chuquisaca (1809).
Dirige a los indios contra la opresión. Bernardo Frías
(“HISTORIA DEL GENERAL GUEMES”) lo llama el “apóstol
de los indios” y expresa que los mismos “salían
a esperarlo como genio prodigioso y benéfico, no existiendo
un caso igual de veneración en los pueblos de América”.
Es derrotado por Goyeneche, jefe de las fuerzas realistas. Se
lo toma prisionero y lo ubican en los calabozos del Callao.
Escapa y regresa a Salta. El 20 de febrero de 1813, lucha junto
a Manuel Belgrano. Triunfan en la batalla de Salta. Belgrano lo
nombra gobernador de Cochabamba.
Posteriormente, son derrotados en Vilcapugio y Ayohúma.
Utiliza la estrategia de la guerra de guerrillas. Pezuela se ve
forzado a abandonar las provincias norteñas argentinas
para proteger la retaguardia realista.
Obtiene una importante victoria en La Florida (1814).
Arenales reocupa Chuquisaca. Luego, se une a las fuerzas de Rondeau
en su tercer intento por incorporar el Alto Perú (Bolivia)
a la revolución.
Una vez que se produce la derrota de Sipe Sipe (1815), encabeza
la retirada hacia Tucumán.
Cruza los Andes hacia Chile donde San Martín está
preparando su expedición libertadora al Perú. Es
bienvenido por San Martín quien lo designa al mando de
una división.
El Gran Capitán proclama a las comunidades: “Allá
os envío una división de guerreros invencibles,
destinada a no abandonaros hasta haber puesto a vuestra existencia
y libertad al abrigo de la opresión. A su cabeza está
el General Arenales, vuestro protector y el azote de los tiranos
del Perú”.
Arenales avanza y triunfa en: Ica, Nazca, La Sierra, Huamanga,
Huacavélica y Tarma.
Lo apoyan los indios, soldados realistas que se pasan a su bando
y las poblaciones lo alaban.
Producida la renuncia de San Martín, solicita su retiro
y se dirige a Salta, donde es elegido gobernador (1823).
Envía tropas para colaborar en la Guerra contra el Brasil.
En 1827, una revuelta encabezada por José Gorriti depone
a Arenales quien se traslada a Bolivia donde muere en 1831.
Alcanza los grados de mariscal de campo de Chile, gran mariscal
del Perú y el de brigadier otorgado por el gobernador de
Buenos Aires.
Fuente: www.periodicotribuna.com.ar (N. Genta)
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DEBUTO
LA POLICIA METROPOLITANA |
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El
Jefe de Gobierno Mauricio Macri cree que la implantación
y puesta operativa de la fuerza policial metropolitana en la Ciudad
de Buenos Aires es "un triunfo para los vecinos" .
Según
el empresario a cargo del ejecutivo de la ciudad, la misión
de la nueva fuerza es "coordinar y complementar el trabajo"
de la Policía Federal. "Si recuperamos la seguridad,
el crecimiento de la Ciudad no tiene límites" manifestó.
Consideró además que la fecha debe considerarse
como histórica por la puesta en funcionamiento de la Policía
local, pues contra todas las adversidades y malos augurios, hoy
sale la Policía Metropolitana a la calle".
El jefe de gobierno porteño efectuó declaraciones
a la prensa al poner en funcionamiento a la fuerza de seguridad
en un predio ubicado en el cruce de la calle Guzmán y avenida
Jorge Newbery, en el barrio de Chacarita.
“Tardamos más de lo que queríamos. Tuvimos
algunas equivocaciones pero esto es un triunfo para la Ciudad”,
aseguró el jefe de Gobierno porteño en el lanzamiento
de la nueva fuerza.
Además, reiteró su apoyo al uso de armas eléctricas
tipo Taser con las que estarán equipados los agentes y
que está cuestionada en casi todos los países donde
se ha implementado, debiendo muchos de ellos reconsiderar su uso.
Asimismo, el jefe de la Policía Metropolitana, Eugenio
Burzaco, expresó su deseo de que "los porteños
se sientan orgullosos de su policía"
El funcionario macrista aseguró que la policía,
en principio, tendrá "dos turnos de trabajo, más
un refuerzo nocturno en la calle Corrientes, y en algunos corredores
turísticos y culturales de la Ciudad", debido a la
cantidad de agentes disponibles.
"Quiero dejar una institución de la Ciudad de Buenos
Aires, que no es de Macri, ni mía, ni de nadie, y que los
porteños se sientan orgullosos de su policía",
dijo Burzaco.
Al respecto, Burzaco aclaró que "vamos a empezar con
menos personal del que hubiera querido, pero había una
demanda para empezar a colaborar con el tema seguridad".
"En total, la Ciudad necesita 12 mil policías en la
calle, y un 25 por ciento de personal en áreas centrales,
como logística, comunicaciones o comando radioeléctrico",
advirtió Burzaco, quien reconoció que esa cantidad
de agentes se podría conseguir recién en "ocho
o diez años".
El funcionario además marcó diferencias con el ex
titular de esa fuerza, Jorge "Fino" Palacios, y dijo
que "a mí no me interesa replicar la Policía
Federal en chiquito, sino armar una policía preventiva".
"Nosotros no investigamos drogas, no necesitamos una policía
de alta complejidad, al menos hoy, no es nuestro foco", señaló
Burzaco, quien en las últimas semanas se reunió
con el ministro de Seguridad y Justicia, Julio Alak; con su par
bonaerense, Carlos Stornelli; y con el jefe de la policía
de la provincia de Buenos Aires, Juan Carlos Paggi.
En ese sentido, Burzaco que encontró "muy buena receptividad"
de parte de las autoridades nacionales y provinciales.
"La Ciudad de Buenos Aires se extiende más allá
de la General Paz y del Riachuelo, con lo cual coordinar tareas
con la Prefectura, con la policía bonaerense y por supuesto
con la Policía Federal, es clave para poder tener un entendimiento
en esta ciudad que tiene un límite político que
no es el límite físico", concluyó.
DEMAGOGIA PURA LA DE ESTOS FUNCIONARIOS, DEBERIAN HABER COMENZADO
POR LA ZONA SUR, DONDE AHÍ SE HACE NECESARIA LA PRESENCIA
POLICIAL Y NO EN ZONAS CONSIDERADAS TRANQUILAS COMO LA COMUNA
QUE HAN ELEGIDO PARA SU DEBUT.
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CASOS
DE DENGUE EN LA CIUDAD |
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El
Ministro de Salud porteño, Jorge Lemus informó que
en los cinco casos, se trata de personas que viajaron a zonas
con circulación viral, mientras que el sexto no salió
de la Capital Federal
La
Ciudad de Buenos Aires registra seis casos de dengue, uno "sin
antecedentes" y cinco con antecedentes de viajes a zonas
con circulación viral, informó hoy el ministerio
de Salud local.
La cartera reportó en un comunicado que los casos con antecedentes
registraron viajes a Brasil, India, Venezuela y la provincia de
Misiones.
El ministro de Salud porteño, Jorge Lemus, mantuvo hoy
una reunión con el Comité de Expertos de Dengue,
donde recibió el informe de casos y analizó la situación
del dengue en la Ciudad de Buenos Aires
"En comparación con el período anterior hay
menos casos registrados a la misma fecha", manifestó
Lemus, y recordó que en los mismos meses del período
2008–2009 fueron once los casos positivos de dengue.
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BATALLAS
DEL 3 DE FEBRERO: SAN LORENZO Y CASEROS |
¡Que
complicación, el 3 de febrero! Dos efemérides el
mismo día • Por suerte no hay clases (salvo en algunas
zonas de la Patagonia) y las maestras no tienen que volverse locas
para conmemorar las dos batallas: San Lorenzo y Caseros
SAN
LORENZO:
¿Pero
San Lorenzo no era un combate?.
Algunos que saben, dicen que se da categoría de batalla
a las que por la cantidad de efectivos que lucharon o por su importancia
militar merecieron ese nombre.
Como en San Lorenzo, 3 de febrero de 1813, sólo pelearon
120 granaderos contra 250 realistas, se lo suele considerar un
combate. Se le reconoce importancia por ser el primero que libró
San Martín –y los granaderos- en la Guerra por la
independencia.
Además, se lo suele reconstruir en exhibiciones por su
espectacularidad. La carga de caballería sobre los godos
que desembarcaban es una imagen inolvidable.
Sin embargo, San Lorenzo fue algo más que una anécdota.
Si miramos el mapa de la fecha, vemos que se combinó con
las victorias de Belgrano en Tucumán y Salta para evitar
que la Revolución sufriera una derrota gravísima.
Belgrano, que desobedeció al Triunvirato y se quedó
en Tucumán para vencer al general Tristán, no lo
hizo sólo porque se lo pidieron los tucumanos. Si los realistas
ocupaban Tucumán, sus fuerzas habrían pasado de
la montaña a la llanura, y habrían avanzado sobre
Buenos Aires. Con la ayuda de los desembarcos que las tropas de
Montevideo realizaban sobre el litoral.
Mientras Belgrano detenía el avance en el norte, San Martín
cortó con las incursiones fluviales. Así se arruinaron
los planes realistas y la Revolución siguió adelante.
Por eso San Lorenzo fue una batalla y su importancia no estuvo
en el bautismo de fuego de los granaderos, ni en la espectacularidad
de la carga de caballería. San Lorenzo, con Tucumán
y Salta salvaron a la Revolución.
CASEROS:
Caseros fue otra cosa. Pero eso es otra historia.
Pedro
Álvarez Cabral dio a la corona portuguesa tierras desde
el Amazonas hasta el Río Grande; Juan Díaz de Solís
y Vicente Pinzón dieron a la monarquía castellana
las márgenes del río de la Plata. Como en Europa,
las dos monarquías se tocaron; como en Europa, una lucha
constante se trabó en América por causa de límites
o por cuestiones de política. Se constituyeron luego esas
colonias en independientes. El Brasil se tornó Imperio;
el Virreinato de Buenos Aires perdió el Paraguay, el Alto
Perú, la Patagonia y el Uruguay. Aún así,
la Confederación Argentina, que reunió a las demás
partes del Virreinato, y el Imperio del Brasil, son las naciones
más poderosas de la América Meridional, porque las
demás Repúblicas son pequeños Estados sin
importancia ni influencia.
Es deber constante y permanente de estas dos más poderosas
naciones extender su influencia en los pequeños Estados
que las cercan, imponerles su protección y colocarse frente
a su rival.
Pereyra da Silva, en la cámara de diputados brasileña,
el 17 de junio de 1850.
No se equivocaba el diputado brasileño. Por entonces, y
a lo largo del siglo siguiente, Buenos Aires y Río de Janeiro
continuarían, una y otra vez, la lucha que había
sido de españoles y portugueses, que había costado
una guerra por la Banda Oriental del Uruguay –provincia
Cisplatina para el Brasil- y que había dado por resultado
la independencia de este territorio disputado, y que promovería
otros enfrentamientos. No en vano., el presidente Lula Da Silva
se regocijaba recientemente al decir: hoy estamos juntos, antes
éramos enemigos.
Algún presidente reciente, que se fue antes de tiempo porque
el pueblo le había perdido la confianza, afirmó
una vez que la batalla de Caseros fue positiva porque a raíz
de ella tuvimos una constitución. No estamos seguros de
que sin Caseros no hubiéramos tenido también constitución,
pero la batalla del 3 de febrero de 1852 fue una derrota nacional.
Gobernaba, Juan Manuel de Rosas. Su gobierno, elegido de acuerdo
a las leyes vigentes y ratificado por el voto popular, reconstruyó
la unidad de una Argentina que amenazaba disgregarse en catorce
pedazos.
Había enfrentado victoriosamente la agresión de
las dos primeras potencias de la época. Los cañones
de Francia e Inglaterra desagraviaron a la bandera argentina,
sin recibir un saludo recíproco. Sí, los cañones
que se llevaban por delante a egipcios y argelinos, a vietnamitas
e indostánicos.
En 1850 y 1851 se fueron congregando en Buenos Aires los representantes
de los gobernadores provinciales.
¿Había llegado la hora de transformar el Pacto Federal
de 1831 en una constitución completa?
Nunca
lo sabremos. Por esos días se declaraba la guerra contra
el gobierno del Brasil. La Confederación Argentina, gobernada
por caudillos populares, se enfrentaría por viejos agravios
con el Imperio aristocrático y servil. No hace falta mucha
imaginación para darse cuenta de que lado estaba el corazón
de los esclavos que soportaban el látigo de los facendeiros.
El Imperio aristocrático, de economía basada en
la mano de obra esclava y la Confederación republicana.
En esta gobernaban gentes capaces de llevar armas; una guerrera
y poderosa raza. No hay aristocracia en este país donde
pueda apoyarse un gobierno: la opinión pública y
las masas gobiernan, como dijo Rosas al embajador inglés
Mandeville, según relato de éste, el 7 de julio
de 1942. Frente a la guerra que se anunciaba, los republicanos
brasileños sentían que llegaba su hora. Y los miles
de esclavos veían al dictador argentino como a un libertador.
La relación de fuerzas aseguraba la victoria. Fuera de
la popularidad del gobierno, la Confederación contaba con
un ejército veterano de cien combates, mucho más
aguerrido que la comparsa de mercenarios, esclavos libertos y
“voluntarios” llevados a la fuerza que seguían
las banderas imperiales. Además lo mandaba el mejor general
de América del Sur, invicto en la batalla: el gobernador
de Entre Ríos Justo José de Urquiza. Era cierto
que los brasileños tenían naos de gran poder, y
controlarían el río de la Plata, pero Rosas, sin
barcos, habían vencido a las potencias que tenían
las flotas más fuertes de su época.
Sin embargo, había un talón de Aquiles, los intereses
particulares del gobernador. Urquiza era el más poderoso
estanciero de su provincia y estaba disgustado por algunas medidas
de Rosas que afectaban sus negocios. La corte brasileña
encontró en él la pieza que podía cambiar
el sentido de la guerra.
Es posible que Urquiza haya supuesto que el Restaurador, cuando
se enterara de sus conversaciones con los brasileños, le
haría las gauchadas que pretendía. No era mucho;
apenas permitirle extraer oro del país (como si hoy habláramos
de mandar dólares al exterior) y hacer la vista gorda en
algunos negocios de contrabando.
Seguramente Rosas, que se enteró más que temprano
en que charlas secretas andaba su general, pensó que Urquiza
lo estaba presionando, pero que nunca traicionaría a su
Patria.
Los dos se equivocaron. O general dos exércitos da Confederaçao
Argentina, se arregló con el Imperio y cobró por
ello cien mil patacones mensuales, que luego pasarían a
la deuda externa argentina.
La indignada población porteña cantaba coplas contra
el general pasado:
Al
arma argentinos
cartucho al cañón
que el Brasil regenta
la negra traición.
Por
la callejuela
por el callejón
que a Urquiza compraron
por un patacón.
Rosas
improvisó un ejército, pero el verdadero ejército
nacional llegó a Caseros con una división brasileña
en sus filas. El grueso del ejército imperial esperaba
en Colonia de Sacramento, por si hacía falta cruzar el
río.
Y Caseros se perdió, como no podía ser de otro modo.
En 1853, Urquiza sancionaba una constitución.
Enrique Manson.
El
autor es profesor de Historia. Fue funcionario en los ministerios
de Educación de la Nación, de la Ciudad de Buenos
Aires y de la provincia de Buenos Aires. Integró la Comisión
Organizadora del Primer Congreso Nacional de Cultura y Educación
del Justicialismo, realizado en Buenos Aires en 1983.
Se ha desempeñado como profesor en formación docente
y en las Universidades de Buenos Aires, Luján y Lomas de
Zamora.
Es vicepresidente de la Comisión Nacional Permanente de
Homenaje a José María Rosa. Ha publicado, Argentina
en el Mundo del Siglo XX (2000), y conjuntamente con Fermín
Chávez, y otros los tomos 14 a 17 de la Historia Argentina
iniciada por José María Rosa.
Con Fermín Chávez, publicó los cuatro tomos
finales de la obra (hasta 2001) y en 2009 la biografía
de José María Rosa titulada El Historiador del Pueblo.
Colaboró con Claudio Díaz en el Manual del Antiperonismo
Ilustrado.
Es titular de la Cátedra Libre de Historia Nacional José
María Rosa. En cuyo marco, ha dictado diversos cursos de
capacitación en ámbitos universitarios de Moreno
(PBA), Rosario (PSF) y la Universidad de Buenos Aires.
En 2007 fue galardonado con el Premio a la Cultura Arturo Jauretche.
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